Actualmente nuestra sociedad está inmersa en un proceso de cambio. El cambio viene facilitado por la aplicación de nuevas tecnologías ligadas a la información y a la comunicación (TIC). La consecuencia más directa de este cambio es la posibilidad del acceso de toda la sociedad a ingentes cantidades de información.
Sin embargo, estos avances técnicos no lo implican el aspecto del conocimiento sino también el de la asimilación de dichas tecnologías por parte de todos los ciudadanos de forma que queden incorporadas a sus vidas diarias. Sólo entonces se podrá hablar de una nueva sociedad, una sociedad de información y de conocimiento.
La capacidad de las administraciones públicas para impulsar el desarrollo de la Sociedad del Conocimiento es uno de los grandes retos en la medida que estas sean protagonistas o actores activos de la transformación social, económica y tecnológica . La incorporación de la participación podría facilitar de forma rápida y efectiva la transformación de las formas de interacción con ellos, facilitando el acceso a los servicios públicos (rapidez, flexibilidad, seguridad, etc.), en todo caso la renovación de la organización administrativa para aumentar la productividad ofrecer mejores servicios a los ciudadanos no son metas que se logran instantáneamente o con implementos tecnológicos, es necesario el esfuerzo para hacerlo posible y ello también está vinculado la mejora de las políticas y la gestión pública
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